Todos los padres queremos que nuestros hijos sean felices y la sociedad del bienestar nos ha permitido creer que disponíamos de “súper poderes” para garantizar esa felicidad, basada en ofrecerles los mejores colegios y actividades extraescolares, viajes inolvidables, sorpresas y regalos, la protección de su salud y los cuidados que eviten o disminuyan su posibilidad de enfermar. De manera fulminante, ha llegado el covid-19 y ha vencido de un soplido nuestros “súper poderes”: los niños han dejado el colegio y actividades, no se puede viajar, ni salir a celebrar y la salud de todos está en riesgo.

Sin embargo, te queda el más importante de tus «súper poderes»: ser garante de la protección y seguridad de tu hijo.

El vínculo afectivo que un niño tiene con sus padres, es imprescindible para tener un desarrollo evolutivo saludable y para facilitar un funcionamiento óptimo de su cerebro. A partir de esta certeza, el lazo emocional que tienes con tu hijo, es tu principal “súper poder, y no solamente permanece, sino que, se ha reforzado ante esta amenaza global, que te ha ayudado a dar a cada poder el lugar que le corresponde.

Apoyándote en este «súper poder«, puedes dar respuesta a las necesidades de tu hijo, las cuales, si son atendidas, le van a permitir no estar atrapado por su amígdala, a consecuencia del miedo por estar en riesgo la supervivencia, la suya propia, y también la de las figuras que  garantizan su seguridad y protección.

Las necesidades que tu hijo tiene ante la amenaza del coronavirus son las siguientes:

  1. Entender qué es el coronavirus.

Para que tu hijo pueda entender este nuevo virus necesita relacionarlo con sus propias experiencias con otros virus. Todos los niños en algún momento han padecido alguna gripe y a su recuerdo sobre la misma, pueden asociar la nueva información. Si tu hijo es aún muy pequeño, te puedes ayudar de cuentos divulgativos que se han publicado para tal fin,  los que también pueden facilitarte aclarar los síntomas más frecuentes.

 

  1. Explicar los riesgos del virus.

En ocasiones, por un malentendido sentido de la protección, edulcoramos la realidad a nuestros hijos para que no sufran. Sin embargo, lo que tu hijo necesita es sentirse protegido por ti. Se va a sentir más protegido si le ofreces un marco de realidad basado en la coherencia. Es más coherente saber que es un virus peligroso, que se contagia con facilidad y de ahí la necesidad de protegerse. Esta información, le va a ayudar asumir y adaptarse a todos los cambios que han ocurrido en su vida. Si se la ocultas, se lo vas a poner muy difícil.

 

  1. Aclarar cómo se produce el contagio.

El contacto afectivo y social es muy importante para tu hijo. Ambos promueven su desarrollo saludable. Sin embargo, ahora existe una amenaza que requiere que comportamientos que estaban automatizados en su cerebro, sean modificados. Por eso, tienes que insistir en la importancia de no tocar a otras personas, ni de dar besos o abrazos. Si tu hijo entiende esta necesidad, él mismo va a encontrar nuevas formas de intercambiar afecto, manteniendo la distancia social adecuada para evitar contagios.

 

  1. Facilitarle expresar sus miedos

Cada niño es un mundo, y, además, en función de sus experiencias vitales, la información objetiva puede tener mayor o menor relevancia emocional. Por eso, es importante que tu hijo se sienta escuchado, que respondas a sus dudas cuantas veces sea necesario y  que le permitas expresar sus miedos, los cuales, pueden retroalimentarse por su propia imaginación.

 

  1. Responder preguntas difíciles.

Todos los niños, incluso los que son muy pequeños, captan más información que la que compartimos con ellos de manera intencionada. Si a esto se une el acceso a las nuevas tecnologías, por mucho que evites su acceso a determinada información, es probable que tu hijo te haga preguntas difíciles relacionadas con la muerte y la enfermedad. Es importante que las respondas, aceptando ambas como aspectos que forman parte de la vida y adaptando la manera de explicarlas a la edad de tu hijo.

 

  1. Transmitir expectativas positivas.

Los cambios repentinos cuestan mucho, ya que el cerebro los interpreta como amenazas. Sin embargo, como adultos sabemos que todos los cambios suponen pérdidas y oportunidades. Aprovecha para transmitir a tu hijo ilusión por los cambios positivos que han tenido lugar en su vida diaria y ayúdalo a valorar las experiencias  que está teniendo a causa del confinamiento.

 

  1. Ofrecer modelos adecuados.

“Las palabras se las lleva el viento”, es un refrán lleno de sabiduría, como muchos otros. Tu hijo no se va a guiar por tus palabras. Se va a fijar en lo que haces. Por eso, es imprescindible que seas un ejemplo para él de todas las medidas de higiene y de distancia social, que protegen del coronavirus.

 

  1. Promover que se sienta seguro y protegido.

Para que tu hijo se sienta seguro y protegido es fundamental que te note calmado y que seas capaz de manejar tu propio estrés. No es fácil, en medio de una pandemia, pero imprescindible para proteger a tu hijo, También necesita conocer cómo se encuentran sus abuelos y otros familiares relevantes en su vida, y, en la medida de lo posible, promover contactos virtuales.

 

El covid-19 ha llegado a nuestras vidas como una pesadilla, pero la tarea de acompañar y proteger a tu hijo, puede transformarlo en un recuerdo memorable y entrañable. Solamente necesitas, en medio de todas las variables que han puesto en riesgo nuestro bienestar y supervivencia, poner tu foco de atención en la ilusión, la alegría, la imaginación, con la que afronta cualquier niño las circunstancias más adversas de la vida.

 

Si tienes dudas o tienes alguna cuestión que te preocupe, no dudes en contactar conmigo.

 

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